“Dotar a las escuelas de portátiles, Tablets y pizarras digitales, no es la solución”

Ana González nos ofrece una entrevista. Ella ha sido la ganadora del máximo galardón de EDUCA en la categoría de Educación Infantil. Hablamos de su trayectoria, su visión del sistema educativo y de sus clases. ¡No te la pierdas!

Ana es una maestra vocacional y vital desde siempre. Creció queriendo formar parte de la escuela. Tuvo la suerte de asistir a un colegio inclusivo, que trabajaba por talleres integrales, donde los exámenes no existían y donde todos, absolutamente todos, eran iguales. Tuvo un espejo ideal en el que mirarse y en el que buscar su función de vida. Le encanta escribir, leer y aprender siempre. Amante de la infancia, las personas mayores y los animales.

Ana es maestra de Educación Infantil y Primaria. Ya en los estudios universitarios era de las estudiantes que destacaban obteniendo el premio extraordinario de fin de carrera y afirma que siempre ha querido dar su mejor versión. Aprobó las oposiciones a la primera, con tan solo 21 años y de repente , fue consciente de la responsabilidad tan grande que asumía.

Fue en ese momento cuando comprendió que su vida era la escuela, y que con un poco de magia haría la vida mejor a aquellos niños y niñas con los que se fue encontrando en cada curso, manteniendo actualmente el contacto con muchos de ellos.

Me defino como una persona original, creativa y diferente. No me gustan las cosas uniformes, creo en la diversidad y en los talentos internos que todos tenemos.
He escrito cuentos infantiles, el último un cuento titulado “Mi mamá ya no tiene tetas”, un manual de oposiciones y he colaborado en varios capítulos con gente maravillosa de este loco mundo de la enseñanza.
He cursado algún que otro máster, sobre todo para aprender y poder aplicar esos aprendizajes en mi clase. Crecer y superarme para impulsar y empoderar a la infancia.
Soy maestra vocacional y cada vez estoy más convencida de que lo llevo en las venas, me emociono constantemente en mi trabajo, cuando estoy con mis peques, cuando hablo de proyectos o me inicio en nuevas aventuras; siento que siempre es la primera vez.
Creo en la magia de la infancia por encima de todo.

Lo primero que hice fue llorar, llorar mucho, llorar  de emoción, de ilusión, de alegría. Llamar a mi marido, a mi niña, a mis padres y a mis amigos.

Iba en el coche y empecé a recibir llamadas, mensajes, wasaps y cuando fui consciente de todo, no podía parar de llorar. Estaba nerviosa, asustada, ilusionada, abrumada y agradecida. No me lo creía.

No pensé jamás que sería la ganadora, ya que  la lista de infantil de este año es brutal, está compuesta por gente muy bonita y con unos proyectos maravillosos. Fuera cual fuera mi lugar, hubiese sido feliz. Estar entre los finalistas, ya es un premio fantástico, pero tengo que reconocer que verme la primera supuso un cúmulo de emociones increíble.

En mi día a día,  trato de que cada experiencia educativa  sea diferente, que la clase sea un espacio que invite a descubrir, tocar, manipular, a aprender a través del propio cuerpo, arrollando el espacio, inventando, creando y favoreciendo que desarrollemos nuestros talentos con respeto y ajustándonos a los ritmos y necesidades de cada uno/a.

Para mí, es muy importante que cada niño/a tenga su lugar, su espacio, que tenga cubiertas sus necesidades y que sea libre para marcar su propio desarrollo.

El factor sorpresa, el despertar la curiosidad, ilusionarlos y permitirles ser ellos/as mismos/as en cada momento, es el secreto de una aventura educativa que me permite revolucionar y crear siempre por y para la infancia.

Recibirles cada día de manera personalizada y respetuosa con un beso, un abrazo o una simple sonrisa, ya implica que cada uno de nuestros días, sea especial, único e irrepetible.

Destaco la falta de inversión generalizada, así como el abandono y desprestigio social que sufre. Nos encontramos ante un sistema sujeto a las ideologías políticas y por lo tanto inestable y poco sólido. Es un sistema que aparentemente está al día y trata de ofrecer una imagen actualizada, pero carece de bases y principios sólidos.

Dotar a las escuelas de portátiles, Tablet  y pizarras digitales, no es la solución .  No  es cuestión de  dotar de tecnologías a los centros, se trata de dotarlos de recursos humanos, de invertir con partidas  económicas potentes  que garanticen , estar a la altura de una sociedad plural, global y en  constante cambio  .

La escuela es  el corazón y los pulmones de cualquier sociedad. Si no hay escuela por y para la vida, algo estamos haciendo mal.

Ana González Herrera. Premio EDUCA ABANCA Mejor Docente de España 2022. Educación Infantil